INTRODUCCIÓN. QUÉ SON LAS EMOCIONES
¿Cómo te sientes? Bien/Mal, pero, ¿qué es lo que sientes? Bien.. mal.. no sé… ¿Cuántas veces habéis escuchado/pronunciado estas preguntas – repuestas? No conocemos nuestro mundo interno, cómo funciona nuestra mente, los pensamientos, nuestro mundo emocional… no nos han enseñado. Yo creo que no interesa. Recuerdo salir de la escuela, a la edad de 18 años, cuando recién acabé 2º de Bachillerato, y me sentía tan vulnerable… te enseñan muchas cosas, muchas materias,… algunas importantes para orientarse en el mundo, otras no… pero lo esencial, que es auto-conocerte, dotarte de recursos para afrontar las experiencias que la vida te vaya poniendo delante, eso ni por asomo. No me enseñaron ni educación emocional, ni educación sexual, ni civismo,….
He trabajado (y sigo trabajando) varios años en escuelas, tanto públicas como privadas, en contacto con niños/as, y en relación a la educación emocional sigue sucediendo lo mismo que pasaba hace 20 años. Los niños no saben cómo se sienten, no saben qué es una emoción, no saben distinguir rabia de impotencia, no saben gestionar las emociones… no les estamos enseñando a vivir de manera saludable. Muchos no saben salir de mal/bien.
Esto sucede en los niños, pero por supuesto también en los adultos, ya que antes fueron niños y tampoco les enseñaron.
En muchas ocasiones, cuando una persona acude a mi consulta, paralelamente al trabajo que se realiza a nivel terapéutico por su demanda concreta, la mayoría de las ocasiones siempre tratamos el tema de las emociones, saber identificarlas y saber gestionarlas de manera satisfactoria. Puedo decir, que en muchas ocasiones, por no ser taxativa ni extremista, el malestar proviene de no saber gestionar de forma saludable nuestras emociones. Y si esto sucede durante 10, 20, 30 años, vas acumulando muchos años de emociones no identificadas, bloqueadas, con déficit de regulación,… y esto a lo largo de los años puede causar mucho daño personal y relacional.
Por todo lo anteriormente explicado y después de varios años de observación, de reflexión, de formación y por un camino personal de prestar atención a mi mundo interior, de afrontar mis emociones, las que quiero y las que no quiero ver, de entrenamiento de su gestión,… he decidido escribir este monográfico emocional que trata básicamente sobre qué son las emociones, cómo funcionan, y su descripción y explicación de las que considero más esenciales (no quiere decir que las otras lo sean menos), ya que son las que más sufrimiento pueden ocasionar y además de ellas se pueden derivar trastornos psicopatológicos.
QUÉ SON LAS EMOCIONES Y CÓMO FUNCIONAN
Una emoción es un estado de ánimo positivo o negativo derivado de una situación, un pensamiento o un recuerdo. Las emociones no son buenas ni son malas, son positivas o negativas. Es decir, nos causan estados de ánimo positivos (alegría, satisfacción, amor) o estados de ánimo negativos (miedo, tristeza, impotencia).
NINGUNA EMOCIÓN es TÓXICA. Este mito que circula mucho por artículos divulgativos, por Facebook, internet…. Es FALSO. No podemos creernos que alguna de nuestras emociones es tóxica, porque entonces estaríamos yendo en contra de nosotros mismos. Lo que estamos haciendo pensando que una emoción determinada es tóxica, es por una lado, inhibir la información que esa emoción nos está ofreciendo, y por otro, nos estamos dando el mensaje que sentimos emociones no válidas, rechazables o indignas y no es así. TODO LO QUE SENTIMOS ES INFORMACIÓN VALIOSA que nos da nuestro cuerpo para conocernos mejor y para guiarnos en nuestro camino vital.
¿Cómo se puede decir que la ira es tóxica? O el ¿odio? Es tóxico si a caso, lo que haces con esa ira o con ese odio. Si desde el odio, discriminas y agredes, eso es tóxico y dañino para ti y para los demás. Pero sentir ira y odio NO ES TÓXICO. Si sentimos ira, lo primero de todo, es saber de dónde viene, y saber leer qué te está queriendo decir tu cuerpo. Y por otro lado, tener los recursos para aceptarla y gestionarla sin que cause una onda expansiva de violencia para ti y los demás.
COMPONENTES DE LAS EMOCIONES
Es vital importancia saber identificar y reconocer nuestras emociones, pero ¿cómo lo hacemos? Un componente que juega un papel importante en esto, es la intensidad de las emociones.
Normalmente sólo somos conscientes de las emociones con alta intensidad ya que en nuestro cuerpo se despiertan indicadores fisiológicos. Por ejemplo: si sentimos mucha impotencia, quizás tendremos ganar de llorar y/o dolor en el estómago. Lo ideal sería saber reconocer cada emoción, aunque no sea muy intensa, ya que de esta manera aumentaríamos nuestro auto-conocimiento y estaríamos más conectados con nuestras necesidades y deseos, comprendiendo quiénes somos y nuestra experiencia.
Por ello, es importante prestar atención a nuestro cuerpo para reconocer y saber diferenciar nuestras emociones. Ya que cada emoción nos está revelando una información determinada y precisa.
Al igual, que las emociones están relacionadas con nuestros indicadores fisiológicos, también están vinculadas a nuestros pensamientos (B). Por ello, ante un hecho dos personas se pueden sentir de maneras diferentes, ya que probablemente interpretarán ese hecho(A) de manera distinta (pensamiento) y sentirán y actuarán de diversa forma.
Por ejemplo: Estamos trabajando en la oficina y de repente se escucha un ruido muy potente en la calle. Esto ha sucedido para tus compañeros y para ti por igual. Pero tu compañero de al lado de tu oficina, sale corriendo a la ventana a mirar qué ha sucedido y cuando ve lo que ha pasado, corre escaleras abajo dirigiéndose a la calle. Tú, sin embargo, te escondes debajo de la mesa. ¿Qué ha sucedido si el hecho era el mismo para los dos? Pues que tu procesamiento cognitivo y tu respuesta emocional han sido muy diferentes a las de tu compañero, por esto se han dado respuestas conductuales distintas. Tu compañero: Pensamiento (derivado de experiencias previas, creencias, modelos…) Ostras! Un accidente de tráfico, voy a ver si ha habido heridos! Sí… voy a ir a ayudar. Respuesta emocional: coraje, seguridad. Respuesta conductual: salir a prestar ayuda Tú: Pensamiento: ostras! ¿qué está pasando? ¿un atentado? Mi vida puede correr peligro! Respuesta emocional: miedo. Respuesta conductual: esconderse debajo de la mesa.
Las emociones están compuestas por TRES ELEMENTOS que influyen sobre otros y así en constante interacción:
COMPONENTE FISIOLÓGICO: hace referencia a las sensaciones corporales que se manifiestan junto con la emoción. Existe un variado abanico de sensaciones corporales distintas, según también la emoción que aparezca. Por ejemplo si sentimos tristeza, podemos sentir a nivel fisiológico pesadez en las piernas, cuerpo,… si sentimos rabia podemos sentir fuego en el estómago, calor,… si sentimos miedo podemos sentir sudoración, aceleración del ritmo cardíaco,… Cada persona posee unas sensaciones estrella que son las más habituales y comunes que aparecen en su cuerpo. Es importante darse cuenta de qué sensaciones estrella/alarma aparecen para poder identificar previamente antes de vernos engullidos por la emoción y utilizar estrategias preventivas para una más eficaz gestión de la emoción. Este tema lo veremos en capítulos posteriores.
COMPONENTE COGNITIVO: hace referencia a lo que pensamos cuando estamos sintiendo la emoción.
COMPONENTE CONDUCTUAL: hace referencia a cómo nos comportamos cuando sentimos la emoción. En este componente es necesario distinguir entre dos conceptos: RESPONDER y REACCIONAR. Cuando se responde ante una emoción significa que he valorado y he analizado mis procesamientos internos y al final he decidido responder de una determinada manera. Cuando se reacciona ante una emoción significa que de manera reactiva e impulsiva, invadido/a por la emoción, reacciono sin valorar ni analizar qué ha pasado dentro de mí.